SourceForge ha bloqueado el acceso de usuarios de Cuba, Irán, Corea del Norte, Siria y Sudán, es decir todos aquellos que forman parte del llamado (por EEUU) eje del mal. Y aún a riesgo de sonar repetitivos, al igual que dijimos en su momento cuando los usuarios de aquellos países se quedaron sin acceso al MSN, queda claro que Internet no es igual para todos.
Estamos de acuerdo en que SourceForge ha debido acceder a la orden del gobierno de EEUU ya que se trata de un sitio norteamericano, el problema es que muchos proyectos libres allí alojados son desarrollados por usuarios de varios países, de modo que si comenzáramos a hilar fino podríamos ver claramente que estamos en una suerte de encrucijada, legal y moral.
Así pues, podría darse la paradoja de que usuarios de algunos de esos países no puedan acceder más a proyectos en los que están participando, o incluso de los cuales pueden ser los creadores. Y aunque no fuera ese el caso, ¿Qué derecho tiene EEUU de prohibir el acceso de usuarios de aquellos países a proyectos que no les pertenecen?
Que Microsoft haya accedido alegremente a bloquear a usuarios cubanos, iraníes y demás es una cosa (que por cierto no sorprende), pero que una entidad del software libre -y de las más representativas- lo haya hecho sin buscar alternativas es realmente triste. Y una mancha en el espíritu del open source que nunca hubiera creído posible. Aunque la mancha tal vez sea mayor para el Premio Nobel, hoy más injusto y vapuleado que nunca (al menos el de la Paz).
Via ArabCrunch