Empecemos por el principio. El modelo de liberación más extendido es el point release, en el cual el sistema operativo es desarrollado en diversas fases, entre las que se encuentra la inclusión de paquetes, congelación, estabilización de las aplicaciones, corrección de bugs, testado del SO y finalmente la esperada liberación. Cabe destacar que las fases que he puesto como ejemplo no se parecen a la realidad, el proceso es mucho más complejo, pero lo que sí quiero que se entienda es que mediante éste modelo, el SO se desarrolla en un periodo de tiempo, para luego ser liberado y mantenido. En un modelo rolling release, el SO está en continuo desarrollo, no existe una congelación y una posterior liberación; los cambios en el SO se hacen cuando se necesita hacerlos, sin tener que esperar a una congelación para hacerlos.
La mayoría de los SOs comerciales usan el modelo point release porque es más fácil gestionar y vender un producto final que no uno que se está desarrollando en todo momento. La gran diferencia entre los dos modelos es que mientras que el point release está pensado para generar productos acabados, el modelo rolling release nunca está acabado ni empezado, está en continua evolución.
Un producto final (en este caso un SO) requiere cierta homogeneidad; para lograrla, los equipos de desarrollo establecen las versiones estándar de los paquetes que entran dentro del SO. Esa versión estándar puede ser cambiada por el usuario final actualizando manualmente el paquete, pero el usuario tiene que ser consciente que el SO no está preparado para trabajar con esa versión. Por ejemplo, si yo tengo una distribución que trabaja con KDE 3.x, y quiero instalar KDE 4.x, lo puedo hacer perfectamente, pero la distribución puede que se comporte de una forma extraña. Esta desventaja es la que resuelve una distribución rolling release pura, en la que no hay una liberación propiamente dicha, ya que el SO evoluciona a medida que los paquetes evolucionan. En una point release, se generan versiones del SO haciendo un snapshot del estado actual de los repositorios, mientras que una rolling release utiliza constantemente el estado actual de los repositorios, no hace un snapshot y por tanto no genera una versión estática del SO.
Después de toda esta explicación que he intentado que sea lo más clara y sencilla posible, quedan las ventajas y desventajas de los dos modelos. Lo primero que salta a la vista es que una point release depende muchísimo de los roadmaps de los paquetes que vaya a incluir. Si por ejemplo se está esperando a la versión 2.6.38 de Linux para lanzar la versión 23 de cavitux (una distribución que me acabo de inventar XD), dependo de que Linus cumpla y lance la versión el día que se supone que la va a lanzar, si se retrasa empiezan los problemas. En una rolling release da exactamente igual, ya actualizaré el sistema cuando lo quiera actualizar, no tengo que esperar a sacar otra versión del SO para incluirlo. Sin embargo, un sistema basado en rolling release es mucho más complejo de mantener y más inestable, en una Rolling Release los problemas se generan cada día, mientras que en una point release se generan cuando cambie la versión de la distribución.
He puesto en negrita inestable porque la gente parece no darse cuenta de su importancia. Cuando se anunció que Ubuntu podía pasarse a un modelo Rolling Release mi primer pensamiento fue “Cada día entiendo menos a Cannonical”. Ubuntu es lo que actualmente es porque hace una distribución muy agradable para el usuario final, genera una de las distribuciones más integradas. Ubuntu es el nexo de unión entre la gente que va a iniciarse en sistemas basados en GNU/Linux y la comunidad. Y debe serlo. Las rolling releases fueron creadas por y para desarrolladores, para tener las últimas aplicaciones instaladas en un entorno real y comprobar que funcionasen correctamente. Una distribución Rolling Release no es adecuada para gente que se va a iniciar en el mundo de la informática, o para usuarios que tienen que usar un ordenador por obligación y que no quieren aprender su funcionamiento; curiosamente, este es el tipo de usuario medio al que Ubuntu está destinada.
Las ventajas que presenta el modelo rolling release son muy jugosas, pero tenemos que darnos cuenta que no son para todos los públicos. Además, el cambio de modelo no es tarea fácil, y con los proyectos que tiene abiertos Cannonical como Ubuntu One, Unity, Wayland o los problemas de soporte para KDE (con esta afirmación me van a llover las críticas) meterse en otro proyecto de tal calibre es tentar a la suerte.
Via: PillateunLinux