El robo más común es el de tarjetas de crédito. Avanza la pornografía infantil.
La preocupación por el avance en Internet de la pornografía infantil y el robo de identidad crece en el mundo. A tal punto que ahora, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) alertó sobre el asunto.
Bajo el término ciberdelito, esta oficina incluyó una amplia gama de actividades ilícitas, diciendo, incluso, que algunas pueden llegar a amenazar la seguridad de las naciones.
“Redes de electricidad, tráfico aéreo y plantas nucleares ya fueron penetradas” por delincuentes, recuerda la ONUDD en su informe titulado “La Globalización del Delito: una evaluación de la amenaza del delito organizado transfronterizo”.
Este documento se concentra en las dos actividades clave: el robo de la identidad electrónica y el tráfico con pornografía infantil.
El primer caso se convirtió en la forma más común de fraude en Internet. Y, entre ellas, la manera más corriente es el robo y posterior uso de información de tarjetas de crédito.
Estados Unidos está a la cabeza de los países que difunden de manera clandestina números de tarjetas de crédito. Este tipo de robo de identidad genera en el mundo cerca de 1.000 millones de dólares al año, con cerca de 1 millón y medio de víctimas. Además, esta actividad puede causar “efectos depresivos en la economía, elevar los costos del crédito y reducir la confianza en el comercio electrónico”, advierte la ONU en su informe.
Según la ONU, una de las ventajas que ofrece Internet a este tipo de delincuentes es que permite la formación de nuevos vínculos entre individuos que de otro modo no podrían darse.
La red también tiene características especialmente atractivas para los creadores, distribuidores y consumidores de pornografía en general y, en especial, infantil. “Hasta hace poco, la producción y adquisición de pornografía infantil eran actividades de alto riesgo”, destaca la ONU.
El desarrollo de Internet propicia la difusión de la pornografía infantil. Y su creciente accesibilidad facilita también una mayor demanda, con el consiguiente incremento de la rentabilidad del negocio ilícito, lo cual a su vez atrae a grupos de delincuentes mayores y mejor organizados.
Así, este fenómeno amenaza con dañar a un número creciente de víctimas, un riesgo que considera “particularmente agudo en países en desarrollo”.
También cifra los beneficios de este delito en unos 250 millones de dólares, con unas 50.000 imágenes nuevas (de pornografía infantil) que se publican anualmente en la red. Pero resalta que, “claramente, la pornografía infantil no es un delito que pueda reducirse a una cifra en dólares”, porque su principal perjuicio está en los daños que sufren los menores.