La agencia europea de seguridad de la información y de redes, ENISA, ha identificado los principales riesgos de seguridad y las oportunidades que ofrece el uso de los smartphones tanto entre los usuarios como en las empresas y en los propios gobiernos.
Según el informe, los principales riesgos son el Spyware, la mala limpieza de los datos a la hora de reciclar un teléfono móvil, la fuga accidental de datos, las llamadas telefónicas no autorizadas y los SMS.
Este nuevo informe llega en un momento más que oportuno: las ventas mundiales de smartphones se duplicaron el año pasado, según Gartner, y sólo en el tercer trimestre de 2010 se han vendido 80 millones de unidades. De acuerdo con ENISA, “si eres uno de los cientos de miles de millones de usuarios de smartphones que hay en el mundo, probablemente pase más tiempo con su teléfono que con su pareja. De hecho, gracias a su gran variedad de aplicaciones, probablemente el dispositivo conozca más cosas de usted”.
Esta nueva relación entre usuarios y dispositivos es muy habitual en toda la sociedad, tanto entre altos cargos de gobiernos, como ejecutivos de negocios como consumidores finales. Y es que, los smartpohones se han convertido en dispositivos muy populares gracias a su gran variedad de funciones: monedero, cámara, lector de códigos de barras, correo electrónico o una puerta a las redes sociales. “Dada la importancia que han adquirido los smartphones para ciudadanos, empresarios y gobiernos de toda la Unión Europea, consideramos esencial considerar su seguridad y privacidad”, apunta el profesor Udo Helmbrecht, director ejecutivo de ENISA.
Aparte de los riesgos ya mencionados, en términos de oportunidades, el backup está normalmente muy integrado en las plataformas de smartphones, haciendo más fácil recuperar los datos si el teléfono se pierde o es robado.
Otra oportunidad reside en el uso de las tiendas de aplicaciones: “la mayoría de los usuarios de smartphones sólo instalan la tercera parte del software controlado a trravés de los canales de distribución”, apunta Marnix Dekker, co autor del informe.