El llamado “estrés informático» hace que la productividad baje y que, por tanto, las empresas tengan costes no sólo provocados por los fallos si no por la disminución del rendimiento de los trabajadores.
Que el ratón desaparezca de la pantalla, que el correo no se descargue, que las páginas web no se carguen correctamente, que no se pueda acceder al servidor o que, simplemente, el ordenador se quede bloqueado con un mensaje de error en la pantalla, son algunas de las “molestias» con las que los usuarios se pueden encontrar en el día a día del trabajo. Sin embargo, si este tipo de fallos son repetitivos y se extienden en el tiempo, pueden ocasionar en el trabajador lo que se ha llamado el “estrés informático», un tipo de estrés provocado por el mal funcionamiento de los sistemas informáticos y que puede provocar en el empleado nerviosismo y falta de motivación.
BCN Binary alerta que, además del coste que suponen para las empresas fallos como la caída del servidor, pérdidas de datos, etc, ese estrés informático se traduce en una falta de productividad por parte del empleado, por lo que ese coste es aún mayor.
Según datos publicados por PandaLabs, el 63% de los usuarios afirma que las incidencias en el funcionamiento de los sistemas informáticos generan estrés. Así, las incidencias informáticas desencadenan en situaciones de nerviosismo al no poder utilizar de forma de correcta la herramienta de trabajo, pérdida de tiempo, imagen y sensación general de que “todo va mal».
“Las empresas no son conscientes de que es primordial disponer de un mantenimiento adecuado de sus sistemas informáticos, ya que los fallos no sólo suponen un aumento de los costes si no que provocan un mal ambiente en el trabajo, los empleados se “queman», lo que hace que baje su productividad», afirma Francisco Rodríguez, Director General de BCN Binary.
Fuente: BCN Binary.