Mientras hace algunas semanas comenzó un estudio a gran escala y de gran aliento, de 30 años de duración, para conocer los efectos del uso de móviles a lo largo de la vida de una persona y si se relaciona con tumores en el cerebro, otro estudio finaliza y se dan a conocer los resultados.
El estudio realizado por la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (IARC) de la World Health Organization, tuvo una duración de 10 años y siguió a 13.000 personas durante todo éste período.
Lamentablemente el estudio no fue concluyente sobre los efectos de la radiación en el cerebro debido a algunas debilidades en la metodología, sin embargo, Christopher Wild, director de la IARC afirma que si bien ” los resultados no nos permiten concluir que existe algún riesgo asociado al uso de teléfonos móviles, también es prematuro decir que no hay riesgo asociado al uso de estos”. Algunos investigadores incluso dicen que tan sólo la sugerencia de un riesgo demanda un estudio mucho más acabado.
Según Wild uno de los problemas de éste estudio, lanzado el año 2.000, es que la tasa de uso en esa época era mucho menor a la actual. Otra de las debilidades es que estaba basado en la memoria de las personas para estimar el tiempo que pasaban hablando por su teléfonos, método que de por sí arroja muchas inconsistencias.
El estudio, que fue financiado en parte por la industria de telefonía, recibió en total fondos por US$24,4 millones y analizó datos de 2.708 personas con cáncer cerebral, 2.409 personas con otro tipo de cáncer llamado meningioma y alrededor de 7.500 personas sin esta enfermedad.
Las conclusiones, que no son del todo fiables según los mismos científicos que lo realizaron, dicen relación con que los usuarios de teléfonos móviles tienen menor riesgo a padecer cáncer que los que no utilizaron nunca uno y por otro lado que una alta acumulación de tiempo en llamados podría aumentar levemente la probabilidad de contraer la enfermedad.