Parece que los de Microsoft están cansados de ver como sus aplicaciones son pirateadas por los desarrolladores y llegan a los terminales antes de que la propia marca lo autorice. Y precisamente con motivos están trabajando en un sistema de encriptación de datos que elimine la posibilidad de pasar las apps de uno a otro teléfono, o actualización de SO de tal modo que este tipo de filtraciones se acaban en esta etapa de la compañía.
Y digo etapa de la compañía porque la próxima versión del sistema operativo del fabricante, el Windows Phone 7.5 Mango ya viene con este software que impedirá a los listillos salirse con la suya. El problema se resuelve, para los que quieren detalles técnicos gracias a la encriptación para los paquetes XAP, es decir el propio software de la aplicación, lo que la lleva de forma nativa a un nuevo nivel de seguridad impidiendo este tipo de prácticas.
A este punto, con un sistema que previene a medias la piratería, ya que los desarrolladores pueden seguir usando la herramienta ChevronWP7, con la que pueden crear aplicaciones en el teléfono por solo 9 dólares, nos encontramos ante el SO a mitad de camino entre la flexibilidad absoluta de Android, y la máxima rigidez de iOS.
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