Web 3.0… ciertamente cuando allá, al comienzo del año 2000 andábamos comunicándonos socialmente a través del Messenger y utilizábamos Internet para informarnos sobre temas de interés, nunca imaginamos que, en un periodo de tiempo tan breve, estaríamos transitando camino a la Web 3.0 sin entender aún intrínsecamente, el significado de la Web 2.0… ¿Web social?… ¿Web Semántica?… hagamos un poco de historia.
La llegada de las redes sociales, específicamente Facebook y Twitter, supuso un cambio radical en la forma de comunicarnos los seres humanos, el chat se cambió por las bondades de Facebook y paulatinamente se fue introduciendo la cultura de las relaciones sociales basadas en los valores intrínsecos y únicos de los seres humanos.
Una nueva etapa que según Tim Berners-Lee, considerado el creador de la Web, ha venido denominándose Web Semántica o Web de Datos. La razón por la que se asocia el concepto a esta nomenclatura, es que parte de la base de añadir información adicional que complementan un contenido y obviamente, incrementan el significado de los datos.
El principal objetivo de esta Web radica en ampliar lo que se conoce como interoperatividad, utilizando operadores inteligentes como las aplicaciones que realizan acciones simples sin la intervención del ser humano.
La Web semántica o Web 3.0 se considera la siguiente etapa a la Web 2.0 o Web social y si bien el cambio necesario para afrontar una realidad como inminente e incorporar la experiencia Web 3.0 a nuestra cotidianidad aún no se ha consolidado, la culminación de dicho proceso augura transformaciones completas en nuestro orden social.
Una de las fortalezas asociadas al término Web semántica, radica en la riqueza que supone que aún no se haya alcanzado el consenso que defina exactamente el término que aún hoy resulta abstracto y que hace referencia a una combinación entre el contenido que integra los portales Web y el conjunto de inteligencias artificiales que optimiza dicho contenido.
Estamos por lo tanto ante la consolidación de un nuevo ciclo en el que la inteligencia artificial se combina con la capacidad de las personas a fin de lograr el establecimiento de un nuevo orden social a través de la red. La interactividad, la conectividad fermente y el movimiento constante, son los pilares fundamentales sobre los que se asienta este nuevo ciclo por el que transitamos.
Tras la reflexión anterior, cabe señalar que si bien la Web 3.0 se ha consolidado como Web semántica, más que hacer referencia al contenido como tal, nos sitúa ante un nuevo proceso en permanente cambio, crecimiento y evolución.
Pero… ¿qué es la Web 3.0?
En términos generales el concepto tiene que ver con los avances que permiten la incorporación de Internet a nuestras vidas de forma cada vez más eficiente, adicionalmente y según las corrientes que definen esta etapa como el paso previo a la integración total de las personas y las máquinas, el término más exacto para definirla sería Web de datos, por su naturaleza en capas de interrelacionar e interpretar el mayor número posible de datos en pos de la ampliación del conocimiento.
La Web de datos y sus aplicaciones menos masificadas
Dentro de los principales estudios realizados, una de las fortalezas mayores con las que cuenta esta nueva etapa, podría estar relacionada con la salud, el estudio y aplicación de tratamientos que complementarían a la ciencia genética logrando la implementación de tratamientos que permitieran dar un paso de gigante en la curación de enfermedades hasta ahora sin solución, aplicada de forma correcta, la Web 3.0, Web semántica o Web de datos, se centra en la evolución en el campo del conocimiento humano hasta niveles hasta ahora inéditos.
Dentro de las principales diferencias entre la Web informativa o Web 1.0 con crecimiento exponencial, lineal y poco flexible, transitamos ahora por una nueva Web en la que los seres humanos se asocian en comunidades que comprenden los nuevos paradigmas y se aúnan en pos del fortalecimiento de las relaciones humanas y el aumento de la efectividad inherente a la asociación de las personas.
Si bien es cierto que, como en todos los ámbitos, el deslumbramiento lleva a perder la conciencia del significado real de lo que tenemos delante, la Web 3.0, cuya eclosión se produce por la llegada de los dispositivos de última generación dotados de aplicaciones que son capaces de eliminar las barreras entre el mundo real y el virtual, busca inicialmente la exaltación de la actitud a través de la optimización de la accesibilidad y la construcción permanente de una Web más eficiente a través de búsquedas más inteligentes.
Son muchas las corrientes de opinión que consideran que la Web 3.0 será el final de los buscadores, sin embargo, resulta complejo creer que esto suceda, ya que la existencia de nuevas fuentes de información y datos, no afecta a los documentos y sin ninguna duda, cabe esperar que los buscadores sigan su evolución hasta alcanzar el grado óptimo de compatibilidad.
Existe adicionalmente una creencia errónea que se empeña en considerar a la Web 2.0 y la Web 3.0 a la semántica y lo social, como dos mundos diferentes, esta es una idea completamente errónea ya que la Web 2.0 sentó las bases de la creación de comunidades sociales que en su desarrollo y evolución lograran unificar la identidad de la red.
Ahora bien… existe algún obstáculo que impida la expansión de la Web semántica…
En el momento actual, la información contenida en los portales Web suponen una exigencia para los denominados agentes inteligentes, dando como resultado un mundo inmerso en la Web a través de la cual surgen conceptos como Web 3D que permite vivir en tiempo real y sin perder la conectividad, experiencias únicas como viajar por todo el mundo o recorrer el cuerpo humano, una Web en definitiva en la que los datos pierden relevancia y la evolución y optimización de las búsquedas se basa en las bondades del multimedia.
Adicionalmente, la Web 3.0 o Web semántica se componen de imagen, música, vídeo, que buscan esencialmente, lograr búsquedas más eficientes y complejas.
Lo que parece cierto es que la Web 3.0 posee la naturaleza de ser omnipresente, incorporada a todos los hábitos cotidianos y estableciendo grandes diferencias entre las distintas etapas por las que ha atravesado la red.
Partiendo de la Web 1.0 donde las personas se conectaban a Internet a fin de informarse, transitamos por la Web 2.0 donde las personas se conectan a otras personas con el objetivo de compartir y la evolución derivó en las Web 3.0 donde las personas se conectan a aplicaciones que les permite enriquecer las experiencias adquirir autonomía y acceder a la construcción de la nueva Web.
Finalmente podemos concluir que, debido a la eclosión de las redes sociales en nuestras vidas y su aplicación inmediata a los modelos productivos habida cuenta la paralela desintegración de los modelos tradicionales inmersos en la crisis, la Web 3.0 que ya prepara su tránsito hacia la Web 4.0 denominada Web ubicua por su capacidad para estar en varios lugares a la vez, logra a través de la interconexión de las personas y las máquinas, una nueva civilización en la que se optimizan las bondades del ser humano a través de los valores inherentes y únicos, con la eficiencia y de la inteligencia artificial.
Parece ciencia ficción pero, conviene reflexionar sobre si nos encontramos en tránsito hacia una nueva civilización, más sana, más inteligente, más fuerte, más comprometida, en un futuro no muy lejano la conectividad permanente será incorporada definitivamente al ser humano y eso… casi sin darnos cuenta y mientras transitamos por las redes sociales y las aplicaciones móviles.
Via: Wwwhatsnew