En algunas carreteras, ciertos carteles intentan persuadir a los conductores que abusan de la rapidez del vehículo: “su velocidad es medida por radar”. Ese anuncio puede cambiar en un futuro cercano a “su velocidad será medida desde el espacio”, si es que se masifica un experimento que se desarrolla en el Reino Unido.
Un nuevo sistema, llamado “SpeedSpike”, se asocia con los satélites para medir la velocidad promedio de los vehículos en distancias medias, especialmente para zonas urbanas. Las clásicas “pistolas” para detectar a los automóviles que van muy rápidos fueron reemplazadas por los radares espaciales en Southwark, Londres, y en Cornwall.
El invento, desarrollado por PIPS Technology, combina la información de cámaras fijas con datos provenientes desde los satélites de posicionamiento global, calculando la velocidad media entre dos puntos dentro de su radio de acción.
Las ventajas de este modelo es que es económico, fácil de instalar, funciona en cualquier condición climática y capta imágenes las 24 horas del día. El problema es que este tipo de tecnologías provocan (lógicas) sospechas entre los defensores de la privacidad, quienes ven a SpeeSpike como un paso gigante hacia un estado panóptico o un reality show global y permanente.