Poco a poco, la seguridad evoluciona, lo que era vital para proteger la información de una organización; hoy no tiene valor de actualidad: se ha quedado obsoleto o limitado. La prevención ante la pérdida de datos (tecnología llamada DLP por sus siglas en ingles: Data Loss Prevention) empieza a ser un elemento importante en muchas organizaciones.
El fotograma esta cambiando y hasta hace poco, las empresas estaban preocupadas en proteger el perímetro de su red. Una vez conseguido este objetivo, se produce un cambio: su interés desemboca en la protección de la propia información.
Las empresas guardan información de todo tipo, cuanta más mejor; no se elimina casi nada, la información se convierte en eterna, todo se mantiene, se acelera el hábito de compartir datos ya sea debido al teletrabajo, por interconexión entre departamentos o el intercambio de información entre clientes y proveedores.
El caso es que todo el entorno adquiere una complejidad que debe y puede ser tratada con máximas garantías. Y esta tecnología, es DLP. La mayoría de virus diarios que recibimos están orientados a conseguir robo de identidades. La tecnología DLP no solo previene el robo de información si no que además la protege. DLP es el futuro de la seguridad empresarial, permite que todos los usuarios accedan a la información necesaria y a la vez previene las fugas no autorizadas de datos. Una buena definición de la política de seguridad corporativa, facilita la instalación de DLP y aporta ventajas hasta el punto de hacer posible la protección total de la información aun cuando se opte por el teletrabajo.
Y es que los peligros existen y las amenazas se multiplican de igual forma que las contradicciones en las políticas de restricciones de uso de la información. La tecnología DLP es el futuro inmediato para la seguridad de la información, permitiendo a las empresas el acceso a los datos únicamente para los usuarios permitidos, asegurando la integridad de la información, blindando las posibles fisuras de perdidas de información y garantizando al usuario las cuestiones éticas de las compañías ya que su instalación, le exime de toda responsabilidad de fuga, perdida o negligencia voluntaria o involuntaria que pudiera ocasionar perdidas económicas a la empresa y como consecuencia, pudiera culparle de una presunción de robo de datos. La seguridad absoluta no existe pero si excelentes herramientas que ofrecen la máxima protección a la información, a los usuarios y a las empresas.
Fuente: La Vanguardia